Diez actitudes
prohibidas en una entrevista de trabajo
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El candidato a un
empleo ha de mostrar en la entrevista de trabajo sinceridad y confianza pero
también evitar preguntas directas sobre sueldo o vacaciones
El sólo hecho de
conseguir una entrevista de trabajo con una tasa de desempleo tan grande ya es
todo un logro. Pero este es solo un pequeño paso para llegar a acceder al
ansiado empleo. La competencia es cada vez mayor, por lo que los candidatos han
de preparar a conciencia la entrevista para superarla de forma satisfactoria.
Conocer y, por consiguiente, evitar esas determinadas respuestas y actitudes
que puedan dar al traste con el proceso de selección resulta básico.
Las principales
recomendaciones que ofrecen los expertos, tanto del ámbito empresarial como
público, para solventar con éxito la entrevista de trabajo, así como las
respuestas y actitudes prohibidas durante esta prueba.
1.
No preparar la entrevista
La primera
recomendación es la de preparar a fondo la entrevista, algo que mejora las
posibilidades de encontrar empleo.
La impuntualidad
puede ser motivo suficiente para perder toda opción en el proceso de selección
laboral.
Se aconseja
informarse sobre la empresa, las características del puesto y, si es posible,
sobre la persona que realizará la entrevista. Además, se recomienda estudiar el
currículum vítae para no discrepar entre el discurso y su contenido, preparar
las respuestas, buscar asesoramiento en algún amigo con buen criterio y ensayar
la entrevista hasta poder desenvolverse con naturalidad.
2.
Llegar tarde
La impuntualidad
puede ser motivo suficiente para perder toda opción en el proceso.
3.
No adaptar el perfil al puesto requerido
Deben potenciarse las
habilidades y aptitudes que mejor se adapten al puesto específico para el que
se opta. Para ello habrá que conocer la empresa, el puesto y las tareas que se
realizarán.
Se trata de
identificar lo que espera la empresa para el nuevo puesto y adaptarse a ese
perfil para ser el candidato idóneo. Por muy completo que sea un CV o un
candidato, si no se amolda a las características y necesidades concretas de la
oferta, será muy difícil que consiga el puesto.
4.
Descuidar la imagen, el vocabulario y las expresiones
Otro de los aspectos
que deben ser evitados durante cualquier proceso de selección es utilizar un
vocabulario vulgar o expresiones demasiado coloquiales. Una entrevista de
trabajo requiere un discurso serio, coherente y con un lenguaje apropiado y
correcto.
De igual modo, no
puede descuidarse la imagen, pues es la primera impresión que recibirá el
entrevistador. Habrá que adaptarla también a las exigencias del puesto, sin
sentirse incómodo.
5.
Mostrar escasa sinceridad, confianza y actitud
En el momento de
iniciar la entrevista, el candidato debe mostrarse sincero, amable y con
seguridad en sí mismo. La confianza es una parte fundamental. Si alguien no
confía en uno mismo, nadie más lo hará; los encargados de recursos humanos
persiguen detectar este tipo de fortalezas y debilidades.
No se debe caer en el
extremo de adoptar un comportamiento arrogante. Conviene que durante la charla
con el entrevistador, el candidato se muestre humilde, pero confiado.
Debe aguardar a que
el entrevistador lleve la iniciativa, dejarle que sea él quien dé la mano en
primer lugar y en ofrecer asiento, así como mantener una actitud e interés
constantes en todo momento y llevar a cabo las preguntas pertinentes cuando sea
conveniente.
6.
No estar preparado ante preguntas habituales o conflictivas
En las entrevistas se
repiten, de forma habitual, una serie de preguntas que el candidato debe
preparar y ensayar. Lo habitual es que versen sobre formación académica,
experiencia profesional o idiomas, pero también sobre aspectos más personales:
las causas del interés en el puesto, los motivos por los que cesó su relación
con su última empresa, las expectativas salariales y futuras, etc.
Han de afrontarse con
tranquilidad, seguridad, sinceridad y un punto de humildad, pero potenciando
las habilidades propias.
7.
Indagar sobre temas de sueldo, vacaciones o beneficios
Es un tema
fundamental, pero el candidato no debe reflejar inquietud por ello, o
concederle la única o máxima importancia. Inquirir desde el primer momento por
el sueldo, las vacaciones o los beneficios que se esperan obtener es un error
que no debe cometerse.
No se debe gesticular
en exceso o cruzar los brazos, apoyarse sobre la mesa o reclinarse demasiado en
el respaldo de la silla
El momento de hablar
sobre ello, si se desconocen las condiciones antes, ha de iniciarlo el
entrevistador. O bien cuando ofrezca la posibilidad de plantear alguna duda, al
final de la entrevista. Pero hay que ser consciente de que, según la política
de algunas empresas, es posible que no traten este tema en la primera prueba.
8.
Mostrar una actitud nerviosa, desafiante o altiva
A lo largo de la
entrevista, la actitud debe ser siempre amable, educada y reflejar interés y
confianza en uno mismo y en el puesto.
Hay que despojarse de
los nervios, las actitudes altivas o el tono desafiante e intentar encontrar la
forma de convertir el habitual ritmo de pregunta-respuesta por un diálogo
productivo en el que mostrar todas las habilidades.
9.
Obviar la gestualidad
No solo debe cuidarse
la expresión verbal. Los responsables de los procesos de selección buscarán
obtener la máxima información posible del candidato y una de las principales
fuentes de información es la comunicación gestual.
Gracias a ellas, los
profesionales obtienen una gran cantidad de aptitudes y actitudes del
candidato. Entre las recomendaciones destacan: reflejar seguridad en uno mismo,
evitar gesticular en exceso o cruzar los brazos, apoyarse sobre la mesa o
reclinarse demasiado en el respaldo de la silla y los gestos que demuestren
fragilidad o confusión.
10.
Hablar mal del antiguo puesto, empresa, compañeros o jefe
Es una de las salidas
más recurrentes cuando el entrevistado debe explicar los motivos por los que no
continuó en su último trabajo.
No puede utilizarse
un lenguaje denigrante al referirse a los antiguos compañeros, empresa o jefe.
Deben darse motivos razonados, evitar los descalificativos y excusas. No hay
que mostrarse como un trabajador conflictivo.
fuente Este artículo fue publicado en www.consumer.es
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