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Las mentiras más
comunes
imagen www.google.com.co
Se dice que la
necesidad agudiza el ingenio, y en épocas de crisis mucho más. Lo cierto es
que, se trate de ingenio o de picaresca, el deseo de acceder a un puesto de
trabajo hace que cada vez sean más los candidatos que cometen un error que a la
larga les puede salir muy caro: mentir más de la cuenta en su currículum.
¿Hasta qué punto esto es aceptado o tolerado por los responsables de selección?
Para ellos, algunas "mentirillas" pueden incluso llegar a ser
aceptables y están dispuestos a hacer la vista gorda ante ellas.
Pero sólo en
el caso de que los "adornos" no distorsionen de forma sustancial la
cualidad real de los aspirantes y su auténtica valía profesional. Otra cosa,
muy diferente, es cuando estas mentiras son exageradas y buscan ofrecer un
retrato del candidato que no concuerda con la realidad. En estos casos, lo más
habitual es que el seleccionador detecte la mentira y acabe por rechazar al
candidato.
Sólo un 16% de los
empleados reconoce haber mentido en su currículum vítae
Según los datos del
último estudio realizado por la consultora CareerBuilder, en España sólo un 16%
de los empleados reconoce haber mentido en su currículum, mientras que el 72%
de las empresas encuestadas asegura haber descubierto mentiras en las cartas de
presentación de los candidatos.
No en vano, los responsables de la selección de
personal son profesionales que a diario analizan decenas de currículum y
realizan semanalmente una gran cantidad de entrevistas con candidatos, y
conocen a la perfección los adornos o mentiras más habituales. ¿Cuáles son?
Estudios no
realizados. Dos de cada diez españoles han declarado que han falseado su nivel
de estudios en su currículum. Se pretende con ello ganar puntos ante el
seleccionador.
Es una de las mentiras más fáciles de detectar, porque lo normal
es que se soliciten los diplomas y certificados que correspondan a la formación
declarada. Una de las más frecuentes es asegurar ser un experto en un
determinado programa informático sin serlo. Se trata de un grave error ya que
se quedará en evidencia al comenzar a trabajar y tener que manejar dicho
programa.
Mentir en el dominio
de idiomas. También es habitual indicar que se tienen conocimientos de idiomas
que en realidad se desconocen. O bien poseer un nivel más elevado del que se
tiene.
En este caso, es inútil indicar tener más nivel del real, pues lo
habitual es que, para chequearlo, el entrevistador se dirija al candidato
hablando en el idioma que dice conocer. Además, hay que tener en cuenta que
muchas empresas suelen hacer pruebas de nivel para verificar dichos
conocimientos.
Exagerar las
funciones anteriores. El 43% de los españoles añade en su currículum vítae más
responsabilidades de las que ha asumido en sus anteriores empleos. Un ejemplo:
alguien que ha trabajado como vendedor, pero que asegura haber sido responsable
de equipo o director comercial de una determinada empresa.
En este sentido, hay
quien exagera también los años de experiencia ejercidos en una determinada
función. Un ejemplo de ello puede ser asegurar que se ha trabajado en una
empresa durante varios años cuando en realidad sólo fueron 15 días.
Empresas en las que
nunca se ha trabajado. Un 18% de candidatos miente acerca de las empresas para
las que ha trabajado. Según el estudio de CareerBuilder, se han dado casos de candidatos
que han mentido diciendo haber trabajado en una determinada empresa sin saber
que quien le entrevistaba fue director de la misma.
También, con el fin de
engordar el currículum, hay quien declara haber trabajado en empresas que no
existen. Son más difíciles de detectar las mentiras cuando las empresas en las
que se dice haber trabajado han desaparecido.
Expertos en detectar
mentiras
Para los
entrevistadores es muy fácil detectar si un candidato miente. Basta con hacer
cuatro o cinco preguntas para averiguar las incoherencias que existen en los
datos que aportan. Cuando se descubre un engaño, la mayoría de seleccionadores
elimina automáticamente al aspirante.
El experto Hans Friedrich, autor del
libro "Afrontar con éxito las entrevistas de trabajo", afirma que no
hay que caer en el error de pensar que nadie comprueba los currículos y que eso
dé pie para mentir. Hay cientos de casos de candidatos que han tenido que
rechazar un trabajo al verse atrapados en su propia mentira, o todavía peor, se
han visto despedidos cuando se ha descubierto la verdad de los datos falseados.
En determinados
casos, según Friedrich, lo seleccionadores disculpan las exageraciones
relativas a los propios conocimientos, experiencias y capacidades. A fin de
cuentas, los excesivos requisitos pedidos en algunos anuncios de trabajo llevan
al candidato a exagerar él también en su propia propaganda.
Si posteriormente
demuestra suficiente capacidad para el trabajo, seguramente nadie le pedirá
cuentas por sus "mentirillas". No obstante, el resultado será
distinto si más tarde no se está en condiciones de mantener lo que previamente
se había prometido. Y si decepciona, ni siquiera pasará del periodo de prueba.
Si se ha preguntado porque presenta hojas de vida a miles de empresas y no ha sido seleccionado, es hora de invertir en un curso de etiqueta y desarrollo de las competencias sociales para las negociaciones, lo prepara no sólo para desempeñarse socialmente, sino también empresarialmente
Fuente www.consumer.es
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